miércoles, 6 de octubre de 2010

Agroisleña y su pecado


Todo lo que actualmente sucede en este país tiene que ver con la política sucia de una ideología que ni siquiera el sátrapa de Miraflores ha logrado entender. Lo único claro que tiene es que debe destruirlo todo, así como Atila apodado por su maldad, "el azote de Dios", quien decía que por donde pasaba y pisaba su caballo Othar la hierba nunca crecía.

Algo similar ocurre con el sujeto que nos desgobierna. A todo lo que le pone la mano conjuntamente con la pandilla de facinerosos que le siguen, se paraliza, se marchita y se destruye. Los ejemplos sobran por demás y vemos como todas las fincas, las empresas y proyectos expropiados, otrora eficientes y excelentes hoy en día no son ni la sombra de lo que eran.

Ahora le tocó a la empresa Agroisleña, ampliamente reconocida en Venezuela por su contribución con la agricultura y con la producción nacional de importantes rubros como el maíz, el arroz, el sorgo, semillas diversas y el suministro y distribución de insumos y materiales necesarios para el sector agrícola.

Es una empresa con más de cincuenta años en el país, de gran tradición, bien organizada, eficiente, progresista y capaz de cubrir la mayor parte de las demandas que realizan los agricultores. Podríamos decir que es más eficiente en solucionar los problemas propios de quienes laboran la tierra, que cualquiera de los ministerios que ha creado el régimen para este fin.

He allí el dilema, el pecado de esta exitosa empresa, ser mejor que los entes del sistema. Después de once años de fracasos, de practicar la agricultura de puertos y de estrangular al sector productivo, se han dado cuenta de que Agroisleña presenta mejores resultados que ellos y esgrimiendo una burda excusa, deciden tomarla por la fuerza y pasarla a formar parte del retrógrado "proceso" que gerencia a las empresas socialistas del siglo XXI, caracterizado por la ineficiencia, la incapacidad, la desidia y por una gigantesca corrupción cuyo principal símbolo es necesariamente "pudreval".

El sátrapa y su combo de traidores a la patria, nunca han sido capaces de construir nada. La constante es que seleccionan lo mejor, lo competitivo, lo eficiente, en lenguaje coloquial "el lomito". Pero lo lamentable es que como dijimos al principio, sólo para la destrucción total. Definitivamente son una plaga.

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